Cuanto más liberes, más crecerás y más evolucionará tu alma.
Desde el momento en que nacemos, nuestras almas pueden sentirse pesadas porque llevan el peso de todo lo que hemos vivido, amado y aprendido en nuestras encarnaciones pasadas.
Solo cuando buscamos activamente resolver nuestros problemas podemos aligerar la carga y nuestras almas pueden evolucionar.
Despojarnos de lo que ya no nos sirve, como el miedo injustificado, la incapacidad de sentir empatía o los comportamientos autolimitantes, son solo algunos de los muchos desafíos que podemos enfrentar en esta vida.
Si bien algunos problemas a los que nos enfrentamos son más fáciles de tratar porque son los restos finales de los residuos de una vida pasada, otros problemas ofrecen mayores desafíos porque estamos destinados a resolverlos a lo largo de esta vida.
A menudo, esperamos recuperarnos rápidamente de circunstancias difíciles o dolorosas. Cuando no lo hacemos o no podemos, podemos sentirnos emocionalmente ineptos o sin esperanza.
La evolución del alma, sin embargo, es un proceso continuo que puede llevar muchas vidas. Se trata de aceptar que incluso cuando hacemos nuestro mejor esfuerzo, habrá situaciones, personas y resultados que no podemos controlar.
También es importante recordar que sus experiencias ahora pueden estar sentando las bases para la sanación futura, ya sea en esta vida o en la próxima. Cuanto más liberes en cada momento, más crecerás y más evolucionará tu alma.
Aunque no siempre es posible resolver todos nuestros problemas en una sola vida, es importante que confrontemos lo que estamos llamados a enfrentar en esta vida y hagamos el trabajo que debemos hacer.
También es importante recordar que la forma más efectiva de dejar crecer tu alma es ser un participante activo en la vida. Estate presente en cada momento, que alma hará el resto de trabajo por nosotros.
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