Cierra los ojos, abre la mente y pide tu deseo.
Desde soplar semillas de diente de león en el aire, hasta arrojar un centavo a una fuente, todos nos hemos sentido inspirados para pedir un deseo, para susurrar nuestros deseos secretos a los oídos del universo y esperar señales de que hemos sido escuchados. Algunos deseos se hacen realidad, mientras que otros siguen siendo visiones etéreas que se quedan con nosotros o se desvanecen como una estrella a la luz de la mañana. Ya sea que se hagan realidad o no, los deseos son mensajes importantes que expresan el deseo de nuestro corazón, así como nuestra intención de crear algo nuevo en nuestras vidas. Cuando deseamos algo, nuestra conciencia se abre para recibirlo, como una flor que abre sus pétalos para recibir una abeja.
Hay algo inocente y mágico en pedir un deseo, algo que recuerda la energía de la infancia.
Desear no se trata de formular un plan y seguirlo paso a paso para alcanzar una meta, que es el ámbito de la edad adulta. Desear es más como una descarga lúdica a través del universo, una invitación a jugar. Esperar la respuesta es una parte integral del proceso. Desear inspira una apertura inocente a la posibilidad de la magia mientras esperamos para ver si el reino invisible dará vida a nuestro deseo.
Esta apertura es un hermoso gesto en sí mismo, independientemente del resultado. Nos ubicamos en una mente mágica, y esta mente es posiblemente tan maravillosa como el cumplimiento de nuestro deseo mismo.
En nuestra sociedad directa y orientada a la acción, podemos tender a descartar el poder de este proceso aparentemente pasivo, pero el poder de un deseo es bien conocido, de ahí la frase de advertencia: “Ten cuidado con lo que deseas”.
Si ha dejado de desear a favor de actividades más adultas, es posible que desee recuperar su magia en su vida. La próxima vez que veas la primera estrella de la noche, o te encuentres frente a un pastel de cumpleaños cubierto de velas encendidas, date el regalo del reino mágico que conocías tan bien cuando eras niño: cierra los ojos, abre los ojos. mente, y pide tu deseo.
SALMA®. Sanación Ancestral y Liberación de las Memorias de Alma
Ainhoa Calderero Cerrillo
Graciaa